http://www.evangeliodeldia.org Laicos-por-el-Bautismo: October 2006

Laicos-por-el-Bautismo

Name:
Location: Barcelona, Cataluña, Spain

Monday, October 30, 2006

Sunday, October 29, 2006

NADA TE TURBE
NADA TE ESPANTE
TODO SE PASA
DIOS NO SE MUDA
LA PACIENCIA
TODO LO ALCANZA
QUIEN A DIOS TIENE
NADA LE FALTA
SOLO DIOS BASTA


Teresa de Jesús

Thursday, October 26, 2006

Señor,
me ofrezco todo yo a Vos con un amor total
todo el amor infinito que pueda yo con todo
mi ser os lo ofrezco a Vos

mi amor por Vos y los demás
con todas mis fuerzas con todo el corazón con toda el alma
sobre todas las cosas
os lo ofrezco a Vos Señor

y lo pongo en vuestras sagradas venerables y santas manos
para que Vos Señor hagáis de mi un instrumento de vuestro Amor
(como decía San Francisco de Asís)

con entrega total a Vos y a los demás

Amén

porque Vos Señor dispongáis de mi totalmente
para que se haga siempre vuestra voluntad
en mi

Amén

Y para que esta disposición mía sea permanente
y constante. Siempre i para siempre.

Ya se que yo solo no puedo nada
os pido a Vos hagáis en mi vuestra voluntad
no la mía

Amén.

Padre Nuestro que estás en el Cielo...


Misericordia quiero y no sacrificios

Amor quiero y no ofrenda de víctimas

No he venido a llamar justos sino pecadores

Confío en Vos Señor mío Jesucristo.

Señor, llevad Vos toda la iniciativa en mi vida.

Al final de la audiencia, el Papa saludó a los peregrinos en varios idiomas. Estas fueron sus palabras en español:] fragmento final

Me es grato saludar a los visitantes de lengua española, en particular a los sacerdotes latinoamericanos del curso de Espiritualidad y Animación Misionera, al grupo de Alianza de amor con el Sagrado Corazón de Jesús, a la peregrinación de la parroquia Santa Teresa del Niño Jesús, de Barcelona, y a la Adoración Nocturna de Villacarrillo, Jaén. Saludo también a los demás grupos parroquiales y asociaciones, así como a los peregrinos de México y del Perú. Os invito a seguir las enseñanzas de san Pablo: que el amor de Cristo nos impulse siempre a vivir no ya para nosotros mismos sino para Él que por nosotros murió y resucitó.

¡Que el Señor os bendiga a todos!

Tuesday, October 24, 2006

MENSAJE DEL SANTO PADRE BENEDICTO XVI
PARA LA JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES
(Domingo 22 de octubre)
"La caridad, alma de la misión"

Queridos hermanos y hermanas:

1. La Jornada mundial de las misiones, que celebraremos el domingo 22 de octubre, ofrece la oportunidad de reflexionar este año sobre el tema: "La caridad, alma de la misión". La misión, si no está orientada por la caridad, es decir, si no brota de un profundo acto de amor divino, corre el riesgo de reducirse a mera actividad filantrópica y social. En efecto, el amor que Dios tiene por cada persona constituye el centro de la experiencia y del anuncio del Evangelio, y los que lo acogen se convierten a su vez en testigos. El amor de Dios que da vida al mundo es el amor que nos ha sido dado en Jesús, Palabra de salvación, imagen perfecta de la misericordia del Padre celestial.

Así pues, el mensaje salvífico podría sintetizarse con las palabras del evangelista san Juan: "En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene; en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él" (1 Jn 4, 9). Después de su resurrección, Jesús encomendó a los Apóstoles el mandato de difundir el anuncio de este amor; y los Apóstoles, transformados interiormente el día de Pentecostés por la fuerza del Espíritu Santo, comenzaron a dar testimonio del Señor muerto y resucitado. Desde entonces, la Iglesia prosigue esa misma misión, que constituye para todos los creyentes un compromiso irrenunciable y permanente.

2. Por consiguiente, toda comunidad cristiana está llamada a dar a conocer a Dios, que es Amor. Sobre este misterio fundamental de nuestra fe quise reflexionar en la encíclica Deus caritas est. Dios penetra con su amor toda la creación y la historia humana. El hombre, en su origen, salió de las manos del Creador como fruto de una iniciativa de amor. El pecado ofuscó después en él la impronta divina. Nuestros primeros padres, Adán y Eva, engañados por el maligno, abandonaron la relación de confianza con su Señor, cediendo a la tentación del maligno, que infundió en ellos la sospecha de que él era un rival y quería limitar su libertad. De este modo, en lugar del amor gratuito divino, se prefirieron a sí mismos, convencidos de que así afirmaban su libre albedrío. Como consecuencia acabaron perdiendo la felicidad original y experimentaron la amargura de la tristeza del pecado y de la muerte.

Dios, sin embargo, no los abandonó y les prometió a ellos y a su descendencia la salvación, anunciando el envío de su Hijo unigénito, Jesús, que en la plenitud de los tiempos revelaría su amor de Padre, un amor capaz de rescatar a toda criatura humana de la esclavitud del mal y de la muerte. Así pues, en Cristo hemos recibido la vida inmortal, la misma vida de la Trinidad. Gracias a Cristo, buen Pastor, que no abandona a la oveja perdida, los hombres de todos los tiempos tienen la posibilidad de entrar en la comunión con Dios, Padre misericordioso, dispuesto a volver a acoger en su casa al hijo pródigo.

La cruz es signo sorprendente de este amor. En la muerte de Cristo en la cruz —como escribí en la encíclica Deus caritas est— "se realiza ese ponerse Dios contra sí mismo, al entregarse para dar nueva vida al hombre y salvarlo: esto es amor en su forma más radical (...). Es allí, en la cruz, donde puede contemplarse esta verdad. Y a partir de allí se debe definir ahora qué es el amor. Y, desde esa mirada, el cristiano encuentra la orientación de su vivir y de su amar" (n. 12).

3. En la víspera de su pasión, Jesús dejó como testamento a los discípulos, reunidos en el Cenáculo para celebrar la Pascua, el "mandamiento nuevo del amor", "mandatum novum": "Lo que os mando es que os améis los unos a los otros" (Jn 15, 17). El amor fraterno que el Señor pide a sus "amigos" tiene su manantial en el amor paterno de Dios. Dice el apóstol san Juan: "Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios" (1 Jn 4, 7). Por tanto, para amar según Dios es necesario vivir en él y de él: Dios es la primera "casa" del hombre y sólo quien habita en él arde con un fuego de caridad divina capaz de "incendiar" al mundo.

¿No es esta la misión de la Iglesia en todos los tiempos? Entonces no es difícil comprender que el auténtico celo misionero, compromiso primario de la comunidad eclesial, va unido a la fidelidad al amor divino, y esto vale para todo cristiano, para toda comunidad local, para las Iglesias particulares y para todo el pueblo de Dios.

Precisamente de la conciencia de esta misión común toma su fuerza la generosa disponibilidad de los discípulos de Cristo para realizar obras de promoción humana y espiritual que testimonian, como escribía el amado Juan Pablo II en la encíclica Redemptoris missio, "el alma de toda la actividad misionera: el amor, que es y sigue siendo la fuerza de la misión, y es también el único criterio según el cual todo debe hacerse o no hacerse, cambiarse o no cambiarse. Es el principio que debe dirigir toda acción y el fin al que debe tender. Actuando con caridad o inspirados por la caridad, nada es disconforme y todo es bueno" (n. 60).

Así pues, ser misioneros significa amar a Dios con todo nuestro ser, hasta dar, si es necesario, incluso la vida por él. ¡Cuántos sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos, también en nuestros días, han dado el supremo testimonio de amor con el martirio! Ser misioneros es atender, como el buen Samaritano, las necesidades de todos, especialmente de los más pobres y necesitados, porque quien ama con el corazón de Cristo no busca su propio interés, sino únicamente la gloria del Padre y el bien del prójimo. Aquí reside el secreto de la fecundidad apostólica de la acción misionera, que supera las fronteras y las culturas, llega a los pueblos y se difunde hasta los extremos confines del mundo.

4. Queridos hermanos y hermanas, la Jornada mundial de las misiones ha de ser una ocasión útil para comprender cada vez mejor que el testimonio del amor, alma de la misión, concierne a todos, pues servir al Evangelio no debe considerarse como una aventura en solitario, sino como un compromiso compartido de toda comunidad. Junto a los que están en primera línea en las fronteras de la evangelización —pienso aquí con gratitud en los misioneros y las misioneras—, muchos otros, niños, jóvenes y adultos, contribuyen de diversos modos, con la oración y su cooperación, a la difusión del reino de Dios en la tierra.

Es de desear que esta participación aumente cada vez más gracias a la contribución de todos. Aprovecho de buen grado esta ocasión para manifestar mi gratitud a la Congregación para la evangelización de los pueblos y a las Obras misionales pontificias, que con gran empeño coordinan los esfuerzos realizados en todo el mundo para apoyar la acción de los que se encuentran en primera fila en las fronteras de la misión.

La Virgen María, que con su presencia junto a la cruz y con su oración en el Cenáculo colaboró activamente en los inicios de la misión eclesial, sostenga su acción y ayude a los creyentes en Cristo a ser cada vez más capaces de auténtico amor, para que en un mundo espiritualmente sediento se conviertan en manantial de agua viva. Este es el deseo que formulo de corazón, mientras envío a todos mi bendición.

Vaticano, 29 de abril de 2006

© Copyright 2006 - Libreria Editrice Vaticana

Sunday, October 22, 2006

Ser misionero es anunciar que Dios es amor, explica el Papa
En el octogésimo Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND)

CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 22 octubre 2006 (ZENIT.org).- En el octogésimo Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND), Benedicto XVI explicó que ser misionero significa «llevar a toda persona la buena noticia: “Dios es amor”».

«La misión, si no es alentada por el amor, queda reducida a actividad filantrópica y social», aclaró a mediodía al rezar la oración mariana del Ángelus desde la ventana de su estudio junto a unos 30.000 peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano.

El mensaje que, como de costumbre, había escrito el Papa para esta Jornada tiene por lema «La caridad, alma de la misión».

«La misión surge del corazón --reconoció el pontífice en una apacible jornada de otoño romano--: cuando uno se detiene a rezar ante el Crucifijo, con la mirada puesta en ese costado traspasado, no se puede dejar de experimentar dentro de uno mismo la alegría de experimentar que se es amado y el deseo de amar y de hacerse instrumento de la misericordia y la reconciliación».

Como ejemplo, citó la experiencia que vivió hace precisamente ochocientos años el joven Francisco de Asís, en la pequeña iglesia de San Damián, que entonces estaba derruida.

Escuchó la voz del Crucifijo que le decía: «Vete, repara mi casa, pues ya ves que está en ruinas».

«Aquella “casa” --aclaró el sucesor de Pedro-- era ante todo su misma vida, que había que “reparar" mediante una auténtica conversión; era la Iglesia, no la que está hecha de ladrillos, sino de personas vivas, que siempre necesita purificación; era también toda la humanidad, en la que Dios quiere hacer su morada».

La misión, constató, «siempre nace del corazón transformado por el amor de Dios, como lo testimonian innumerables historias de santos y de mártires, que de diferentes maneras han gastado la vida al servicio del Evangelio».

Por eso, aseguró, en la misión «hay lugar para todos», según sus diferentes estados de vida.

En concreto, aseguró, hay espacio en la misión «para quien se compromete a realizar en su propia familia el Reino de Dios; para quien vive con espíritu cristiano el trabajo profesional; para quien se consagra totalmente al Señor; para quien sigue a Jesús Buen Pastor en el ministerio ordenado al Pueblo de Dios; para quien se va específicamente a anunciar a Cristo a quienes todavía no le conocen».

Saturday, October 21, 2006

Leer el comentario del Evangelio por :

Cardenal John Henry Newman (1810-1890), presbítero, fundador de comunidad religiosa, teólogo
PPS III, n° 9
«Jesús, poniendo sobre él su mirada, le amó»


Dios te mira, seas quien seas. Y «te llama por tu nombre» (Jn 10,3). Te ve y te comprende, él que te ha hecho. Todo lo que hay en ti, lo sabe: todos tus sentimientos, tus pensamientos, tus inclinaciones, tus gustos, tu fuerza y tu debilidad… No es solamente porque formas parte de su creación, él que se preocupa incluso de los gorriones (Mt 10,29), sino porqué tú eres un hombre rescatado y santificado, su hijo adoptivo, gozando en parte de esta gloria y de esta bendición que eternamente él derrama sobre el Hijo único.

Tú has sido escogido para ser su propiedad… Tú eres uno de aquellos por quienes Cristo ha ofrecido al Padre su última plegaria y la ha sellado con su sangre preciosa. ¡Qué pensamiento tan sublime, un pensamiento casi demasiado grande para nuestra fe ! Cuando nos detenemos a reflexionarlo, ¿cómo no reaccionar como Sara que se ha reído de una tan gran maravilla y, al mismo tiempo, de confusión? (Gn 18,12). «¿Qué es el hombre», quienes somos nosostros, quien soy yo, para que el hijo de Dios «se acuerde tanto de nosotros?» (Sl 8,5) ¿Quién soy yo… para que me haya renovado totalmente…, y para que haga de mi corazón su morada?

Friday, October 20, 2006

Jesús, el Cordero de Dios
29 Al día siguiente, Juan vio a Jesús que se acercaba a él, y dijo: “¡Mirad, ese es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!z 30 A él me refería yo cuando dije: ‘Después de mí viene uno que es más importante que yo, porque existía antes que yo.’a 31 Yo mismo no sabía quién era él, pero he venido bautizando con agua precisamente para que el pueblo de Israel le conozca.”
32 Juan también declaró: “He visto al Espíritu Santo bajar del cielo como una paloma, y reposar sobre él. 33 Yo aún no sabía quién era él, pero el que me envió a bautizar con agua me dijo: ‘Aquel sobre quien veas que el Espíritu baja y reposa, es el que bautiza con Espíritu Santo.’ 34 Yo ya le he visto, y soy testigo de que es el Hijo de Dios.”b c


Los primeros discípulos
35 Al día siguiente, Juan estaba allí otra vez con dos de sus seguidores.d 36 Cuando vio pasar a Jesús dijo:
–¡Mirad, ese es el Cordero de Dios!
37 Los dos seguidores de Juan le oyeron decir esto y siguieron a Jesús. 38 Jesús se volvió y, al ver que le seguían, les preguntó:
–¿Qué estáis buscando?
Ellos dijeron:
–Maestro, ¿dónde vives?
39 Jesús les contestó:
–Venid a verlo.
Fueron, pues, y vieron dónde vivía; y pasaron con él el resto del día, porque ya eran como las cuatro de la tarde.
40 Uno de los dos que oyeron a Juan y siguieron a Jesús, era Andrés, hermano de Simón Pedro. 41 Lo primero que hizo Andrés fue buscar a su hermano Simón. Le dijo:
–Hemos encontrado al Mesías (que significa: Cristo).e
42 Luego Andrés llevó a Simón a donde estaba Jesús, y cuando Jesús le vio, dijo:
–Tú eres Simón, hijo de Juan, pero serás llamado Cefas (que significa: Pedro).f g


Jesús llama a Felipe y Natanael
43 Al día siguiente, Jesús decidió ir a la región de Galilea. Encontró a Felipe y le dijo:
–Sígueme.
44 Felipe era del pueblo de Betsaida, de donde también eran Andrés y Pedro. 45 Felipe fue a buscar a Natanael y le dijo:
–Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en los libros de la ley, y de quien también escribieron los profetas.h Es Jesús, el hijo de José,i el de Nazaret.
46 Preguntó Natanael:
–¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?j
Felipe le contestó:
–Ven y compruébalo.
47 Cuando Jesús vio acercarse a Natanael, dijo:
–Aquí viene un verdadero israelita, en quien no hay engaño.
48 Natanael le preguntó:
–¿De qué me conoces?
Jesús le respondió:
–Te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera.k
49 Natanael le dijo:
–Maestro, ¡tú eres el Hijo de Dios,l tú eres el Rey de Israel!m
50 Jesús le contestó:
–¿Me crees solamente por haberte dicho que te vi debajo de la higuera? ¡Pues cosas más grandes que estas verás!
51 Y añadió:
–Os aseguro que veréis el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.n

Thursday, October 19, 2006

Palabra de vida

Carta de San Pablo a los Efesios 1,3-10.

Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bienes espirituales en el cielo, y nos ha elegido en él, antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos e irreprochables en su presencia, por el amor. El nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, que nos dio en su Hijo muy querido. En él hemos sido redimidos por su sangre y hemos recibido el perdón de los pecados, según la riqueza de su gracia, que Dios derramó sobre nosotros, dándonos toda sabiduría y entendimiento. El nos hizo conocer el misterio de su voluntad, conforme al designio misericordioso que estableció de antemano en Cristo, para que se cumpliera en la plenitud de los tiempos: reunir todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, bajo un solo jefe, que es Cristo.

Evangelio según San Lucas 11,47-54.

¡ Ay de ustedes, que construyen los sepulcros de los profetas, a quienes sus mismos padres han matado! Así se convierten en testigos y aprueban los actos de sus padres: ellos los mataron y ustedes les construyen sepulcros. Por eso la Sabiduría de Dios ha dicho: Yo les enviaré profetas y apóstoles: matarán y perseguirán a muchos de ellos. Así se pedirá cuanta a esta generación de la sangre de todos los profetas, que ha sido derramada desde la creación del mundo: desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que fue asesinado entre el altar y el santuario. Sí, les aseguro que a esta generación se le pedirá cuenta de todo esto. ¡Ay de ustedes, doctores de la Ley, porque se han apoderado de la llave de la ciencia! No han entrado ustedes, y a los que quieren entrar, se lo impiden". Cuando Jesús salió de allí, los escribas y los fariseos comenzaron a acosarlo, exigiéndole respuesta sobre muchas cosas y tendiéndole trampas para sorprenderlo en alguna afirmación.

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

Balduino de Ford ( ?-hacia 1190), abad cisterciense
El Sacramento del altar, II, 1
«Los escribas y fariseos se confabularon contra Jesús»


Los que han derramado la sangre de Cristo no lo han hecho con el fin de borrar los pecados del mundo… Pero, inconscientemente, han sido servidores del plan de salvación. La salvación del mundo que se seguiría, no era debida a su poder, ni a su voluntad, ni a su intención, ni a su acto, sino únicamente al poder, a la voluntad, a la intención y al acto de Dios. En efecto, en esta efusión de sangre, no era sólo el odio de sus perseguidores quien actuaba, sino también el amor del Salvador. El odio ha hecho su propia obra de odio, el amor ha hecho su obra de amor. No es el odio sino el amor el que realiza la salvación.

Derramando la sangre de Cristo, el odio se derramó él mismo, «para que se revelaran los pensamientos de muchos corazones» (Lc 2,35). También el amor, derramando la sangre de Cristo, se derramó él mismo para que el hombre sepa cuánto Dios le ama: «hasta el punto de no ahorrar a su propio Hijo» (Rm 8,32). «Porque tanto amó Dios al mundo que le ha entregado su Hijo único» (Jn 3,16)

Este Hijo único ha sido ofrecido, no porque la voluntad de sus enemigos haya prevalecido, sino porque él mismo lo ha querido. «Ha amado a los suyos, y los ha amado hasta el fin» (Jn 13,1). El fin es la muerte aceptada en bien de los que ama : éste es el fin de toda perfección, el fin del amor perfecto. «Porque no hay amor más grande que el que da la vida por los que ama» (Jn 15,13).

Wednesday, October 18, 2006

De la Madre Teresa de Calcuta

Para ti, amigo:

La vida es una oportunidad, aprovéchala.
La vida es belleza, admírala.
La vida es un sueño, hazlo realidad.
La vida es un reto, afróntalo.
La vida es un deber, cúmplelo.
La vida es un juego, juégalo.
La vida es preciosa, cúidala.
La vida es riqueza, consérvala.
La vida es amor, gózala.
La vida es un misterio, desvélalo.
La vida es tristeza, supérala.
La vida es un himno, cántalo.
La vida es un combate, acéptalo.
La vida es una tragedia, domínala.
La vida es una aventura, arrástrala.
La vida es felicidad, merécela.
La vida es la vida, defiéndela.

Y también de la Madre Teresa de Calcuta:

El fruto del silencio es la oración
El fruto de la oración es la Fe
El fruto de la Fe es el amor
El fruto del amor es el servicio
El fruto del servicio es la paz.

(por lo que quien ora lo tiene todo: amigos, paz, amor)

Monday, October 16, 2006

Oración: Caminante hay camino hagamos nuestro el Camino al andar

Me abandono a tus manos Señor
con plena confianza
porque tu eres el Hijo de Dios
y puedes mantenerme en todos los instantes de mi vida
por difíciles que sean.

Te doy gracias por todo lo que me das cada día de mi vida

Te suplico que sigas derramando tu gracia sobre mi
como los has hecho hasta ahora Señor
mil gracias
infinitas gracias

Porque en el fondo de mi corazón
brota la fuente del agua de mi vida que eres Tu
con tu Espíritu

He pasado por barrancos tenebrosos
por los que me parecía imposible pasar
y Tu al fin me has llevado en tus manos Señor
hasta este remanso de paz

No se que será el futuro de mi vida
pero sólo con el pasado me basta

Por lo tanto todo el futuro que me depares
por difícil que sea
sé que con tu ayuda podré vencer todas las dificultades

Aunque tenga dudas
aunque vacile
sé que Tu ganarás porque
para ti no hay nada imposible mi Dios

En tus manos quedo

Hasta siempre

Jesús confío en ti



Dadnos Tu Luz Señor
Iluminadnos con la Luz de Vuestra mirada

Sunday, October 15, 2006

Friday, October 13, 2006

Fragmentos de Evangelio

1. LA REVELACIÓN DEL HIJO DE DIOS (1.19–3.36)
El testimonio de Juan el Bautista
(Mt 3.11-12; Mc 1.7-8; Lc 3.15-17)
19 Los judíos de Jerusalén enviaron sacerdotes y levitas a Juan, a preguntarle quién era. 20 Y él confesó claramente:
–Yo no soy el Mesías.
21 Le volvieron a preguntar:
–¿Quién eres, pues? ¿El profeta Elías?u
Juan dijo:
–No lo soy.
Ellos insistieron:
–Entonces, ¿eres el profeta que había de venir?v
Contestó:
–No.
22 Le dijeron:
–¿Quién eres, pues? Tenemos que llevar una respuesta a los que nos han enviado. ¿Qué puedes decirnos acerca de ti mismo?
23 Juan les contestó:
–Yo soy, como dijo el profeta Isaías,w
‘Una voz que grita en el desierto:
¡Abrid un camino recto para el Señor!’
24 Los que habían sido enviados por los fariseos a hablar con Juan, 25 le preguntaron:
–Pues si no eres el Mesías ni Elías ni el profeta, ¿por qué bautizas?
26 Juan les contestó:
–Yo bautizo con agua, pero entre vosotros hay uno que no conocéis: 27 ese es el que viene después de mí. Yo ni siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias.x
28 Todo esto sucedió en el lugar llamado Betania,y al oriente del río Jordán, donde Juan estaba bautizando.

Wednesday, October 11, 2006

La Buena Nueva

Al principio era la Palabra,
y la Palabra estaba en Dios,
y la Palabra era Dios.
Ella estaba al principio en Dios.
Todas la cosas fueron hechas por Ella,
y sin Ella no se hizo nada de cuanto ha sido hecho.
En Ella estaba la vida,
y la vida era la luz de los hombres.

La luz luce en las tinieblas,
pero las tinieblas no la abrazaron.
Hubo un hombre
enviado de Dios,
de nombre Juan.
Vino éste a dar testimonio de la luz,
para testificar de ella
y que todos creyeran por él.
No era él la luz
sino que vino a dar testimonio de la luz.

Ella era la luz verdadera
que ilumina a todo hombre
que viene a este mundo.
Estaba en el mundo
y el mundo fue hecho por Ella,
pero el mundo no la conoció.
Vino a los suyos,
pero los suyos no la recibieron.

Mas a cuantos la recibieron
les dio poder de venir a ser hijos de Dios,
a aquellos que creen en su nombre;
que no de las sangres,
ni de la voluntad carnal,
ni de la voluntad de varón,
sino de Dios son nacidos.

Y la Palabra se hizo carne
y habitó entre nosotros,
y hemos visto su gloria,
gloria como de Unigénito del Padre,
lleno de gracia y de verdad.

Juan da testimonio de él clamando:
“Éste era de quien os dije:
El que viene detrás de mí,
ha pasado delante de mí,
porque era primero que yo”.

Pues de su plenitud recibimos todos
gracia sobre gracia.
porque la Ley fue dada por medio de Moisés,
la gracia y la verdad vinieron por Jesucristo.

A Dios nadie lo vio jamás;
Dios Unigénito, que está en el seno del Padre,
ése nos lo ha dado a conocer.

Tuesday, October 10, 2006

CON LA DISCRECION Y LA AUTORIZACIÓN DE LA VIRGEN MARIA

Quisiéramos encomendar a la Virgen Maria Madre de Dios, esta tarea de esta página.
Sin su autorización no habría sido posible nunca. Como no se puede entender en la Creación el hombre sin la mujer “esta es hueso de mis huesos y carne de mi carne”.
Encomendamos por lo tanto como no podría ser de otra manera a la Virgen Maria nuestras palabras, escritos y todo en contenido bajo su protección salvadora como Madre de la humanidad. Su maternidad virginal nos salva, nos ilumina y nos santifica.
Esperamos ir editando contenidos de la Virgen Maria nuestra Madre para iluminar nuestros corazones como ya pusimos como estandarte de nuestro comienzo una imagen de la Virgen del Rosario para que nos protegiese y nos presidiese, como nos preside y protege verdaderamente desde antes del comienzo.

Encomendamos desde aquí ilusionadamente a todos los lectores y las lectoras, navegantes/ as para que Ella también nos guíe a todos y a todas con fervorosa dedicación para un encuentro divino en nuestras almas a su Hijo Nuestro Señor Jesucristo, para adoptarnos a todos como verdaderos Hijos e Hijas de Dios y por lo tanto hermanos y hermanas gracias a Él.

Sunday, October 08, 2006

Para tener muy presente y meditarlo profundamente

San Juan de la Cruz (1542-1591) carmelita descalzo, poeta, doctor de la Iglesia

Cántico Espiritual 36-37


Y esta espesura de sabiduría y ciencia de dios es tan profunda e inmensa que, aunque más el alma sepa de ella, siempre puede entrar más adentro, por cuanto es inmensa y sus riquezas incomprensibles, según exclama San Pablo diciendo: “Oh alteza de riquezas de sabiduría y ciencia de Dios, cuán incomprehensibles son sus jucios e incomprehensibles sus vías.” (Rom 11,33)

Pero el alma en esta espesura e incomprehensiblilidad de juicios y vías desea entrar porque muere en deseo de entrar en el conocimiento de ellos muy adentro, porque el conocer en ellos es deleite inestimable que excede todo sentido....¡Oh, si se acabase ya de entender cómo no se puede llegar a la espesura y sabiduría de las riquezas de Dios –que son de muchas maneras- si no es entrando en la espesura del padecer de muchas maneras, poniendo en eso el alma su consolación y deseo!..Porque para entrar en estas riquezas de su sabiduría la puerta es la cruz, que es angosta, y desear entrar por ella es de pocos, mas desear los deleites a que se viene por ella es de muchos.

Saturday, October 07, 2006

Continuando: información básica (3a.)

Un movimiento de laicos para laicos

Creyentes

Cuanto más comprometidos mejor

Actualizables

Comunicados

Abiertos siempre a la Gracia de Dios

Para laicos adultos en el sentido de que ya tienen una formación religiosa básica y que cumplen los requisitos de un laico: es decir que han recibido los sacramentos del bautismo, la comunión y la confirmación.

Que libremente acogen al Espíritu Santo por la Gracia de Dios, en actitud humilde y perseverante.

Que Oran con frecuencia ( cada día)

Que intentan frecuentar los sacramentos de la Eucaristía y la Penitencia con las disposiciones debidas por la Iglesia Católica, que son la principal fuente de Gracia santificante. Instituida por Jesucristo Nuestro Señor.

Que intentan estar abiertos por lo tanto a los demás: cristianos y no cristianos; creyentes y no creyentes. De todas las religiones, respetándolas.

Con el afán de cumplir al máximo de las posibilidades con el mandamiento de Nuestro Señor Jesucristo: Amarnos los unos a los otros como Él nos ha amado.

Con el fin de ser cada día mejor cristianos y cristianas.

Con el pensamiento puesto en la Iglesia: ¿Qué haríamos sin ella? Somos también parte de ella.

Sintiéndonos profundamente amados por nuestro Señor Jesucristo.

Con una disposición central de Amor a todos nuestros hermanos y hermanas, sabiendo discernir cuanto sea preciso de lo que es de este mundo ( o sea pasajero y mejorable, solamente humano) de lo que es fundamental y con naturaleza de eternidad ( o sea en el fondo divino).

En el fondo el fin ultimo es llegar a ser lo que Dios y su Hijo Jesucristo ha pensado para nosotros y nosotras como mejor para nosotros y nosotras, en este mundo, con la mirada puesta en el Reino de Dios o sea en el Cielo, o sea con visión trascendente. O con otras palabras llegar al advenimiento mismo del Reino de Dios en este mundo, hasta la Parusía o sea hasta el final de este mismo mundo, y quizás falta añadir haciendo lo que haga falta hacer para cumplir con este objetivo.


Hoy dia de la fiesta de la Virgen del Rosario

Friday, October 06, 2006

Thursday, October 05, 2006

Información Importante; siguiendo...

Laicos por el Bautismo

Quiere ser un espacio, al principio al menos, virtual
Una comunidad virtual de encuentro
De encuentro con Dios y con uno mismo
con los objetivos principales ya marcados al principio

Quiere o pretende ser independiente de los demás movimientos cristianos católicos
porque es también distinto a los demás, es diferente.

Desde luego que compartimos los principales objetivos de cualquier movimiento
seglar o laical que tienen como referentes y están vinculados a ordenes particulares de otras perspectivas también católicas, aunque tenemos nuestras propias especificidades.

Queremos repetir que este movimiento es de compromiso, es decir que necesita para su desarrollo individual i colectivo este compromiso personal. Que es en principio con uno mismo y evidentemente con Dios, básicamente, aunque también con la comunidad que se va formando a medida que se va avanzando en el camino, y que en definitiva crece al ritmo que el Espíritu, que es el mismo de Jesucristo Nuestro Señor, que es quien en definitiva nos alimenta por decirlo así nuestra alma y nuestra vida, para resultar espíritus cada vez más llenos de El: nuestro Maestro Guía y Señor. En constante crecimiento.

Para ello debemos mostrarnos propicios a estar en oración permanente con Dios
A frecuentar los sacramentos de la Penitencia y la Eucaristía, así como frecuentar las lecturas de la Biblia especialmente del Nuevo Testamento y particularmente el Evangelio de San Juan y también sus otros escritos el Apocalipsis y sus cartas, donde en estas últimas se muestra especialmente claro a disponernos a llevar una vida Santa. Y además de radical actualidad como sabemos. Y a tener espacios de silencio interior y a poder ser exterior para el encuentro personal con Dios.

Wednesday, October 04, 2006

Para una lectura tranquila

extraido del blog: "Ermitaños de la Tranfiguración"

Vida Eremitica de Don Esteben Chevevière
Dom Esteben Chevevière
El Eremitorio
Espiritualidad del Desierto

"Huiré lejos, y moraré en el desierto" (Sal 54, 8).
"Tornará su desierto en vergel, y su soledad en paraíso de Yavé" (Is 51, 3).
"Vivir en el desierto no significa sólo vivir sin los hombres, SINO ADEMÁS, vivir con Dios y para Dios" (Dr. Serge Boulgakoff').
"El que con DIOS está nunca está menos solo que cuanto está solo. Pues entonces goza sin trabas de su dicha; entonces es dueño de sí mismo para gozar de DIOS en sí y de sí en DIOS" (Guillermo de Sr. Thierry).

PRIMERA PARTE
EL DESIERTO
"la seduciré, la llevará al desierto y le hablaré al corazón"
(Os 2,16)
Gracia de predilección es la que Dios te da con traerte al Desierto. Gratuito es el llamamiento y tu perseverancia se la deberás únicamente a la condescendencia divina. Ten siempre ante los ojos esa fineza del amor de Dios para con tu alma y la irás estimando gradualmente. Pese a tus lecturas y a lo que llamas tu experiencia, no sabes, al entrar, lo que la soledad del Desierto te reserva.
Aquí, como en todas partes, no hay dos almas que sigan exactamente la misma pista; Dios no se repite en sus creaciones. Muy pocas veces (tal vez nunca) revela por adelantado sus designios.
Entra en el Desierto, humilde y sosegado. Al Dios que te espera, la única cosa de valor que le has de presentar es tu entera disponibilidad. Cuanto más ligero sea tu equipaje humano, cuanto más pobre seas de lo que estima el mundo, mayor será tu oportunidad de éxito, ya que Dios gozará de mayor libertad para manejarte. le llama a vivir a solas con El solo: a nada más.
La acción directa sobre los hombres, aunque sea por la pluma, para nada entra en las perspectivas intencionales del Desierto. Luego has de consentir en perderte enteramente. Si abrigas el secreto deseo de ser o hacerte "alguien", vas derecho al fracaso. El Desierto es implacable: expele infaliblemente a todo el que se busca a sí mismo.
Entra en él en santa desnudez...

CAPÍTULO I
EL DESIERTO DEL ÉXODO
AUSENCIA DEL MUNDO

"Condujo a su pueblo por el desierto, porque es eterna su misericordia"
(Sal 135.16)
La entrada en el Desierto es siempre un momento solemne. Abandonas el ambiente normal de las relaciones sociales por la incógnita de la soledad. Se empieza por desgarramientos, rupturas, tal vez repudiaciones. No se lleva a cabo sin lágrimas esa universal y definitiva repulsa de cuanto nos era más querido. Lo suyo les costó a los Hebreos dejar Egipto, y lo lamentaron por mucho tiempo. Eso que salían en familia. A ti se te pide la fe y el valor de Abrahán: "Sal de tu tierra, de tu parentela, de la casa de tu padre, para la tierra que Yo te indicaré... Fuese Abrahán conforme le había dicho Yavé" (Gén 12,14).
No se lee que vacilara o le pesara. Échalo todo por la borda, y pronto. Los miramientos, los aplazamientos sólo harán que sean más costosos unos sacrificios que un día bien tendrás que aceptar, so pena de nunca ser Ermitaño y no poder perseverar. El Dios que te llama a esas renuncias será tu fortaleza. Hizo salir a los judíos de Egipto "in manu forti".
"Dios no desata, arranca; no doblega, rompe; más que separar rasga y devasta todo", así habla Bossuet en el 2º sermón de la Asunción.
Más tarde entenderás esta palabra de Dios: "Vosotros mismos habéis visto... cómo os he llevado sobre alas de águila y os he traído a mí" (Ex 19, 4)
No le tomes el peso a tu cruz; se te caería el alma a los pies. Fíate del que, por amor, te recibe tal como eres; sin hacer caso de tu indignidad, y dice: "Voy a seducirle, le llevaré al desierto y le hablaré al corazón..." (Os 2,16-18).
El Desierto, al mismo tiempo, fascina y aterra. Es la tierra de la gran soledad, y el hombre, por instinto, teme el cara a cara consigo mismo. El Ermitaño es un separado efectivo. La esencia del Desierto es la ausencia del hombre; el Desierto puro no tolera ni la vida. El mar de arena, al igual que la cima helada de los montes, es la naturaleza virgen, tal como salió de las manos del Creador, sobre la cual parece posarse aún el Espíritu de Dios que se cernía sobre las aguas al comienzo del mundo (Gén 1,2). Las almas ricas sienten el hechizo de esa virginidad del paisaje. El Desierto es puro y purifica; donde no está el hombre, tampoco está el pecado ni el ruido de los negocios terrenales.
La soledad te resultará buena, pero su austeridad te dará en rostro. Dios mismo define el Desierto: "tierra de arenales y barrancos, tierra árida y tenebrosa, tierra por donde no transita nadie y donde nadie fija su morada" (Jer 2,6).
Emparedado dentro de ti mismo, habrá horas en que sentirás la nostalgia de los intercambios humanos, y el Desierto te parecerá horriblemente vacío y absurdo. No has venido en plan de turista, acampas en él como un nómada, sin esperanza de regreso. En esos "combates del Desierto" de que habla San Benito, apenas si tendrás mas apoyo valedero que el de Dios, aun cuando aparente desentenderse. Alguien ha escrito: "El Desierto no sostiene al débil, lo aplasta. El que gusta del esfuerzo y la lucha, ése puede sobrevivir" (P. de Foucauld).
Es la verdad, y da que pensar. Tendrás que aprender a resolver tú solo tus problemas, y sólo te quedará una seguridad: la fe bien templada: Ojalá puedas ser, merced a una oración humilde, de esos atletas "capaces, con la ayuda de Dios, de arrostrar con el solo vigor de tus manos y brazos la lucha contra los vicios de la carne y del espíritu" (Regla de San Benito).
Te gustaba la soledad como descanso, para tomarte un respiro en medio de quehaceres aguantados por el afán de vivir y aguijoneados por la necesidad de producir. En adelante, la soledad es tu medio vital, y nadie espera ya el fruto de tu actividad. Único recurso que te queda: derramar, sin utilidad aparente, sobre loS pies de Jesús, el precioso perfume de tus capacidades humanas. Si consientes en ello, tu recompensa será espléndida.
Defiende los accesos de tu Desierto. ¿De qué te serviría la clausura si dejas a los hombres que te la invadan con la prensa, la correspondencia, las visitas? No olvides que la ausencia del hombre es su característica esencial.
Para ti el Desierto no es un marco, es un estado de alma. Esa es su dificultad radical. El centro de La soledad eres tú en quien la referida ausencia del hombre y de sus vanidades crea una primera zona de silencio. En la estepa sólo se oye un ruido: el gemir del viento. Un refrán árabe dice que es el desierto que llora porque querría ser pradera. Es tu caso, tierra árida y sin agua, que suplica al Señor haga llover su rocío. Fuera del soplo del Espíritu nada se ha de oír. No te dé por poblar ese silencio con recuerdos, imágenes del pasado, curiosidades o distracciones mundanas, sucedáneos de la vida en sociedad. El Desierto no admite componendas; con fuerza brutal obliga a escoger; es la pista inhóspita, el incesante ir adelante con el equipaje más ligero posible, o la muerte. No brinda ni consiente nada que divierta. Lo perderías todo; el diletante mataría al contemplativo. Pronto la tosca monotonía del Eremitorio acabaría por cansarte, y el atractivo del mundo, por ser tu tormento. Languidecerías, como un desarraigado, de sed maligna. Dos veces desdichado, te verías privado del objeto de tus deseos y Dios te dejaría de lado. Sin duda el Desierto es el país de la sed. Lo mismo que a Agar (Gén 21), lo mismo que a Elías camino del Horeb (I Re 19), te ocurrirá pensar que es mejor morirse. No vuelvas atrás, Dios te sustentará.
Esa incomunicación no es cosa fácil; entrenándote con dura ascesis es como llegarás a levantar ese antemural del silencio.
Persevera, trabaja por reducir todas tus facultades a la unidad, a la simplicidad del silencio. No pasará mucho tiempo sin que Dios te visite. Se presentó a Elías en el Horeb al filo de un silencio tal que se hubiese oído el susurro de la más leve brisa. Cuando el Señor quiere levantar un alma basta la contemplación le exige el silencio de todas las facultades y que sólo cuente con El. En cuanto a ti, no te ocupes ya de ti mismo. Cuando des oídos sordos a las quejas de la naturaleza, cuando niegues audiencia a toda inquietud, a todo deseo .que no sea el del amor, cuando seas indiferente sobre tu suerte terrestre, cuando ya casi no pienses de ti ni en bien ni en mal, y no te importe un ardite el juicio de los hombres; cuando, en una palabra, estés habitualmente olvidado de ti mismo, entonces habrás penetrado en el Sancta Sanctorum del silencio, el recinto inviolable del alma donde Dios reside y te convida. DE ti como de Moisés dirá: "él vive permanente en mí casa. Cara a cara hablo con él, y a las claras, no por figuras; y él contempla el semblante de Yavé" (Núm 12,7-8).
Toda la espiritualidad del Desierto se encierra en esta sentencia profunda de San Juan de la Cruz: "Una palabra habló el Padre, que fue su Hijo, y ésta habla siempre en eterno silencio, y en silencio ha de ser oída del alma" (Puntos de amor, 21). ¿Te ocurre pensar que es en ti donde se dice? Audición sublime, ahí está toda la vida eremítica. Has de mostrarte insaciable por escuchar ese Verbo, y nadie si no es el Padre, ni libros ni teólogos, te la puede hacer oír: "Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no le trae" (Jn 6, 44). Esa palabra eterna será tu alimento: la Escritura, la Eucaristía, la contemplación, te la suministrarán. Gustarás ese Maná de Dios (Ex 16). El Espíritu Santo guiará tu alma hacia ella con infinita más suavidad y delicadeza que la nube luminosa (Ex 40,36-38). El te adoctrinará como desde un Sinaí interior, en la ley de los perfectos. Dios pactará contigo la alianza de los desposorios (Ex 19) y te dirá al corazón cómo le agrada la liturgia del amor para la que te tenía reservado. Para aplacar tu sed hará brotar del seno mismo de tu aridez el agua de su gracia, de sus dones, con que podrás beber de la fuente misma de la vida Trinitaria (Núm 20,1-11). En ti se repetirán las antiguas "magnalia Dei", siempre que te avengas a surcar con arrojo la estepa.
Porque hay que estar siempre en marcha. El Eremitorio no es la Tierra de Promisión; no te es lícito instalarte en él con el confort de unos hábitos acariciados o de una tranquilidad egoísta. El Verbo es tu manjar. Mas también esa Pascua se ha de comer de pie, ceñidos los lomos y el bastón en la mano. Eres un peregrino sin domicilio, sin equipaje, sin seguridad del mañana. Para el hombre que se aventura en el desierto no hay vivienda, hay una pista por la que da prisa por alcanzar "un paisaje del que no se vuelve". Ese paisaje es Dios mismo visto a cara descubierta, y sólo la muerte nos lo muestra así. El amor debe aguijonearte y quitarte todo posible entusiasmo por fabricarte un refugio cómodo. "Como anhela la cierva las corrientes aguas, así te anhela a ti mi alma, ¡oh Dios! Mi alma está sedienta de Dios, del Dios vivo. ¿Cuándo vendré y veré la faz de Dios?" (Sal 41, 2-3).
Sólo El sabe el momento y el camino. No tengas plan de vida, consérvate libre de todo cuanto pueda impedir que Dios te mueva a su gusto. Sabores y sinsabores no entran en cuenta. Has de estar disponible y maleable. El Pueblo Elegido sólo sabía una cosa: avanzaba hacia la Tierra Prometida; desconocía las etapas. En aquel éxodo el Señor se reservaba todas las iniciativas. El pueblo se detenía, reanudaba la marcha, se orientaba sin más señal que la nube a la que seguía a ciegas (Ex 40,36-38). Se te pide un abandono así, que descansa en la fe en la Sabiduría, el Poder y el Amor de tu Padre que está en los cielos.
"Lo sabe todo, lo puede todo y me ama". Graba esto en el corazón y en la palma de las manos. Moisés canta la maternal solicitud de Dios. A ella debe el ermitaño entregarse. De ti se trata: "Le halló en tierra desierta, en región inculta, entre aullidos de soledad. Le rodeó y le enseñó, le guardó como a la niña de sus ojos. Como el águila que incita a su nidada, revolotea sobre sus polluelos, así El extendió sus alas y los cogió y los llevó sobre sus plumas. Sólo Yavé le guiaba; no estaba con él ningún dios ajeno" (Deut 32,10-12).
Te lo juegas casi todo si vacilas en lanzarte a ese abismo. Si quieres "hacer tu vida", puede que Dios lo consienta, pero oye su amenaza terrible: "Esconderé (de él) mi rostro, veré cuál será su fin" (ib. 20).
Lo demás se adivina sin dificultad: perecerás de hambre y de sed, en un género de vida que no tolera la mediocridad, y serás un "seglar" bajo el sayal de un ermitaño.

Tuesday, October 03, 2006

Santos Ángeles Custodios


La fiesta del 29 de septiembre nos asociaba a los ángeles en aquello que es lo fundamental de su vocación. Pero la Memoria de los Ángeles Custodios nos trae también el recuerdo de otra función de los ángeles: la de mantener cerca de los hombres una presencia fraternal.-


En efecto: «Dios, en su Providencia amorosa, se ha dignado enviar para nuestra custodia a sus santos ángeles». El Antiguo Testamento evoca con frecuencia la intervención de algún ángel para guiar a los patriarcas en sus peregrinaciones o para proteger al pueblo de Dios cuando éste entra en la tierra de Canaán;


y el Salmo 90 nos hace cantar: "A sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en sus caminos. Te llevarán en sus palmas, para que tu pie no tropiece en la piedra".-


También Jesús hablaría de esa asistencia, de los ángeles. Al recordar la dignidad de los niños, declara: «Sus ángeles están viendo siempre en el cielo el rostro de mi Padre celestial». Por consiguiente, apoyándonos en sus propias palabras, le pedimos al Señor que nos veamos «Siempre defendidos por la protección de los ángeles Y gocemos eternamente de su compañía».«Dios te enviará a sus ángeles para que te guarden en todos tus caminos», dice el salmo 91.-


Antes, a los niños, después de enseñarles a rezar a Dios y a la Virgen María, se les enseñaba a invocar todas las noches al ángel de la Guarda, hermano mayor espiritual, compañero aventajado por la visión de Dios, tutor, guía, centinela, escudo, discretísimo e invisible maestro en los peligros cotidianos, aliento, aguijón, consejo, confidencia.-


Y esa figura angélica - venerada en la Iglesia por lo menos desde hace quince siglos -, acoplada a nuestra debilidad como un plus sobrenatural de sostén y ayuda, aunque hoy se quiera relegar a la nursery, junto con mitos vigorosos y consoladores de hadas y enanos buenos, sigue siendo un punto de la fe para chicos y grandes.-


Delegados celestiales junto a nosotros, para creer en los custodios se necesita la fe que hace niños; nos los imaginamos etimológicamente como mensajeros de Dios, radiantes y halados, con una hermosura que no es de este mundo, incondicionales del alma, dulces e inflexibles como un amigo que nos quiere bien, soplando, como apuntadores a lo divino, las inspiraciones más altas.-


«Fuerte compañía - el poeta enmendaba la jaculatoria popular - que no nos desampara ni de día ni de noche, atentos a cada segundo, porque todos son preciosos, de nuestra titubeante existencia, interviniendo en ella con misteriosos aletazos que nos desconciertan. Y sabiendo que al fin nos va a presentar ante el Señor con la serena sonrisa del trabajo bien hecho (y en silencio) para que podamos llegar de su mano a la Ciudad de la Luz.-



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Santos Ángeles Custodios


Himno (laudes)

Cantemos hoy a los ángeles,
Custodios nuestros hermanos,
Que velan por los humanos
Y van de su bien en pos.
Ven siempre la faz del Padre,
Él los ampara benigno,
Y luchan contra el maligno
En las batallas de Dios.

¡Oh espíritus inmortales!
Tenéis por reina a María,
Sois su vital letanía,
Su enamorada legión.
Por vuestro medios nos llegan
Dones y gracias del cielo,
La fe, la luz, el consuelo,
La paz y la inspiración.

Terribles como un ejército
Bien ordenado en batalla,
Vuestra asistencia no falla
Contra la insidia infernal.
Silentes guardas y amigos,
De nuestra noche luceros,
Seréis nuestros compañeros
En la patria celestial.

La gloria a Dios que ha creado
Ejército tan prolijo:
Que adore sumiso al Hijo,
Su rey y su plenitud,
Y que al Espíritu Santo,
Terrenos y celestiales,
Le rindan universales
Tributos de gratitud. Amén



Himno (vísperas)

Ángeles de la gloria y del servicio,
Que vivís junto a la fuente de la vida,
La santidad de Dios es vuestra estancia
Y su divina faz es vuestra dicha.

Ángeles servidores de la paz
En Belén junto al Hijo de María,
Ángeles que rendís adoración
En el desierto al vencedor Mesías,

Jóvenes de celestes vestiduras
Para anunciar en Pascua la noticia,
La Iglesia reconoce vuestros pasos
Y da gracias al Padre que os envía.

Ángeles invisibles y callados,
Vuestra gracia supera fantasía;
Sois gozo de la excelsa Trinidad
Y ayuda de la Iglesia peregrina.

Honor y majestad a Jesucristo,
Cuyo rostro los ángeles ansían;
Honor y gratitud al Unigénito,
Al que nos dio su honor con su venida. Amén


Oración

. Dios, Padre misericordioso, que, en tu providencia inefable, te has dignado enviar, para nuestra guarda, a tus santos ángeles, concede a quienes te suplican ser siempre defendidos por su protección y gozar eternamente de su compañía. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.-

Monday, October 02, 2006

La palabra de Dios, hoy

Libro del Exodo 23,20-23.

Yo voy a enviar un ángel delante de ti, para que te proteja en el camino y te conduzca hasta el lugar que te he preparado. Respétalo y escucha su voz. No te rebeles contra él, porque no les perdonará las transgresiones, ya que mi Nombre está en él. Si tú escuchas realmente su voz y haces todo lo que te diga, seré enemigo de tus enemigos y adversario de tus adversarios. Entonces mi ángel irá delante de ti y te introducirá en el país de los amorreos, los hititas, los perizitas, los cananeos, los jivitas y los jebuseos, y los exterminará.

Evangelio según San Mateo 18,1-5.10.

En aquel momento los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: "¿Quién es el más grande en el Reino de los Cielos?". Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos y dijo: "Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos. Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos. El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí mismo. Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial.

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

Leer el comentario del Evangelio por : San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África del Norte) y doctor de la Iglesia Comentario sobre el evangelio de Juan, 24,1, CCL 36, 244

«Cubre el cielo de nubes, preparando la lluvia para la tierra; hace brotar hierba en los montes y las plantas para el servicio de l hombre»

Los milagros que ha obrado nuestro Señor Jesucristo son, verdaderamente, obras divinas. Disponen a la inteligencia humana para que conozca a Dios a partir de lo que es visible, puesto que nuestros ojos, en razón de su misma naturaleza, son incapaces de verle. Además, los milagros que Dios hace para el gobierno del universo y organizar toda la creación, a fuerza de repetirse, de tal manera han perdido valor, que casi nadie se toma la molestia de percibir qué obra tan maravillosa y asombrosa Dios realiza en cualquier grano de simiente.Por eso, en su providencia, se ha reservado el hacer ciertas acciones en el momento por él escogido, fuera del curso habitual de las cosas. Así, aquellos quienes las maravillas de todos los días son sin importancia, se quedan estupefactos a la vista de obras que salen de lo ordinario; y sin embargo no hacen prevalecer aquellas. ¡Gobernar el universo es, en realidad, un milagro más grande que saciar a cinco mil hombre con cinco panes! Y, sin embargo, nadie se sorprende... En efecto ¿quién alimenta todavía hoy al universo si no Aquel que, con algunos granos, crea las cosechas?Cristo ha actuado como Dios. Es por su poder divino que ha hecho salir de un número pequeño de granos, ricas cosechas; es a través de este mismo poder que ha multiplicado los cinco panes. Las manos de Cristo estaban llenas de poder; esos cinco panes eran como semillas no echadas en tierra sino multiplicadas por aquél que ha hecho la tierra.