http://www.evangeliodeldia.org Laicos-por-el-Bautismo: November 2007

Laicos-por-el-Bautismo

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Location: Barcelona, Cataluña, Spain

Thursday, November 29, 2007

Evangelio según San Lucas 21,20-28.

Cuando vean a Jerusalén sitiada por los ejércitos, sepan que su ruina está próxima. Los que estén en Judea, que se refugien en las montañas; los que estén dentro de la ciudad, que se alejen; y los que estén en los campos, que no vuelvan a ella. Porque serán días de escarmiento, en que todo lo que está escrito deberá cumplirse. ¡Ay de las que estén embarazadas o tengan niños de pecho en aquellos días! Será grande la desgracia de este país y la ira de Dios pesará sobre este pueblo. Caerán al filo de la espada, serán llevados cautivos a todas las naciones, y Jerusalén será pisoteada por los paganos, hasta que el tiempo de los paganos llegue a su cumplimiento. Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, los pueblos serán presa de la angustia ante el rugido del mar y la violencia de las olas. Los hombres desfallecerán de miedo por lo que sobrevendrá al mundo, porque los astros se conmoverán. Entonces se verá al Hijo del hombre venir sobre una nube, lleno de poder y de gloria. Cuando comience a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación".

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

San Bernardo (1091-1153), monje cisterciense y doctor de la Iglesia
2º sermón para la Ascensión


“El Hijo del hombre vendrá para llevarnos con él”


“El mismo Jesús que os ha dejado para subir al cielo, volverá como lo habéis visto marcharse” (Hch 1,11). Vendrá, dicen estos ángeles, de la misma manera. ¿Vendrá pues, a buscarnos con este cortejo único y universal, bajará precedido de todos los ángeles y seguido de todos los hombres para juzgar a los vivos y a los muertos? Sí, es totalmente cierto que vendrá, pero vendrá de la misma manera que subió al cielo, no tal como bajó la primera vez. En efecto, cuando vino la otra vez para salvar nuestras almas, fue en humildad. Pero cuando vendrá para sacar este cadáver del sueño de la muerte para “hacerle semejante a su cuerpo glorioso” (Flp 3,21) y llenar de honor esa vasija hoy tan débil, se mostrará en todo su esplendor. Entonces veremos, en todo su poder y majestad a aquel que antaño se escondió bajo la debilidad de nuestra carne…

Cristo, siendo Dios, no podía engrandecer, porque no hay nada más allá de Dios. Y, sin embargo, encontró el medio de crecer: descendiendo, viniendo para encarnarse, sufrir, morir para arrancarnos de la muerte eterna. “Por eso Dios lo exaltó (Flp 2,9). Lo resucitó y se ha sentado a la derecha de Dios. También tú, ve y haz lo mismo: no podrás subir si no comienzas por descender: “El que se enaltece será humillado; y el que se humilla será enaltecido” (Lc 14,11).

¡Dichoso será, Señor Jesús, aquel que sólo te tiene a ti por guía! Que podamos seguirte, nosotros que somos “tu pueblo y las ovejas de tu rebaño” (Sl 78,13), que podamos, por ti, ir hacia ti, porque tú eres “el camino, la verdad, la vida” (Jn 14,6). El camino por medio del ejemplo, la verdad por tus promesas, la vida porque eres tú nuestra recompensa. “Tú tienes palabras de vida eterna y nosotros sabemos y creemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo” (Jn 6,69;Mt, 16,16) y Dios más alto que todas las cosas, bendito por siempre jamás.

Saturday, November 17, 2007

Sunday, November 04, 2007

El amor en el corazón del hombre es la fuerza que renueva el mundo, dice el Papa

El amor en el corazón del hombre es la fuerza que renueva el mundo, dice el Papa


VATICANO, 04 Nov. 07 / 10:05 am (ACI).- Al presidir la oración del Ángelus este domingo, el Papa Benedicto XVI destacó que el amor, actuando en el corazón del hombre, es la fuerza que renueva el mundo.

El Pontífice comentó el Evangelio presentado por la liturgia dominical, el pasaje de Zaqueo, y recordó que Jesús lo llamó desde el árbol donde el publicano se hallaba: “Zaqueo, baja ahora, porque hoy debo hospedarme en tu casa” (Lc 19,5).

“¡Qué mensaje en tal simple frase!”, exclamó el Santo Padre; y explicó “Jesús llama por su nombre a un hombre despreciado por todos. ‘Hoy’, sí, ahora mismo es para él el momento de la salvación”.

“‘Debo quedarme’: ¿Por qué ‘debo’? Porque el Padre, rico de misericordia, quiere que Jesús vaya a ‘buscar y salvar lo que estaba perdido’; explicó el Papa. “Una vez más el Evangelio nos dice que el amor, partiendo del corazón de Dios y operando a través del corazón del hombre, es la fuerza que renueva al mundo”.

Benedicto XVI recordó luego la memoria del gran santo italiano, cuya fiesta se recuerda hoy, San Carlos Borromeo, Arzobispo de Milán, a quien describió como el infatigable reformador que “puso en práctica el Concilio de Trento”, y que encabezó seis sínodos provinciales y once diocesanos; fundó seminarios para formar una nueva generación de sacerdotes; construyó hospitales y destinó las riquezas de la familia al servicio de los pobres; defendió los derechos de la Iglesia contra los poderosos”

“Su lema –agregó- consistía en una sola palabra ‘Humilitas’. La humildad lo impulsó como al Señor Jesús, a renunciar a sí mismo para hacerse siervo de todos”.

Finalmente, el Papa recordó a “mi venerado predecesor Juan Pablo II, que llevaba con devoción el nombre (Karol, Carlos)” y con fió a la intercesión del santo “a todos los obispos del mundo, para quienes invocamos como siempre la celestial protección de María Santísima, Madre de la Iglesia”.