Laicos-por-el-Bautismo
Saturday, November 25, 2006
Somos conscientes que estamos en un mundo donde nos necesitamos unos a otros. Debemos rezar los unos por los otros. Como verdaderos hermanos y hermanas. Ayudándonos unos a otros. En la Comunión con Dios Padre Hijo y Espíritu Santo.
Es decir formando una comunidad de oración. Comunidad definitivamente.
Compartiendo lo mejor que tengamos entre todos y que menos y que mas importante y a la vez fácil y gratuito como don de Dios que la oración.
Oremos unos por otros. Sintámonos comunidad
Comunidad de oración y a la vez así comunión con Dios y por lo tanto con Jesucristo Nuestro Hermano mayor Nuestro Hombre-Dios. Que como sabemos con su Nacimiento, Vida, Pasión, Muerte y Resurrección nos ha elevado a hermanos suyos y por lo que podemos llamarnos Hijos e Hijas de Dios gracias a Él. Qué grandeza la nuestra y a la vez qué responsabilidad tan grande. Y por lo tanto: qué Alegría tan grande e inmensa la nuestra la de ser y sentirnos cristianos.
Y que sin Él no seriamos nada Él es la Vida. Él es la vid nosotros los sarmientos.
Debemos dar fruto de buenas obras Caridad Amor, en la oración nos ponemos en contacto con Dios y solo así confiando plenamente en Él, nos da su gracia su Amor su bendición su cariño para nuestros anhelos y deseos mas sublimes y a la vez porque no, cotidianos: nuestro trabajo, nuestra vida familiar, nuestra salud, nuestra vida. El sabe absolutamente todo lo que necesitamos antes aún de que se lo pidamos, pero necesita que lo deseemos con vehemencia que se lo pidamos. Con entrega a El primero y a los demás empezando por los mas necesitados de la misma forma. Con Amor.
Todo esto no es nuevo en el fondo es lo que el cristianismo ha dicho desde siempre y es que el camino es el mismo para todos. Pero Dios nos ama con un amor particular a todos y cada uno de nosotros y nosotras específicamente y particularmente El que nos ha creado nos conoce a la perfección totalmente. Y por lo tanto nos quiere para nosotros lo mejor porque nos quiere profundamente sin límites de ninguna clase. Confiemos por lo tanto totalmente en El. Y El que no ‘falla’ nunca no nos decepcionará en absoluto nos manifestará su Amor por nosotros de la manera que El sabe. Mucho mejor que nosotros mismos Esperemos y Confiemos plenamente en El.
El no nos defraudará nunca. ‘Sintonicemos’ con Él, pongámonos amorosamente y fervientemente en sus manos amorosas. Recemos, Oremos. Pidamos por lo que nosotros más queramos, si es la voluntad de El nos lo concederá seguro. No desistamos. Invoquemos a su Santo Espíritu.
Nuestra Madre del Cielo la Virgen Maria que ha hecho Ella primero todo el camino, nos conducirá seguro con prontitud a su Hijo Bien Amado Jesucristo.
Amén
Es decir formando una comunidad de oración. Comunidad definitivamente.
Compartiendo lo mejor que tengamos entre todos y que menos y que mas importante y a la vez fácil y gratuito como don de Dios que la oración.
Oremos unos por otros. Sintámonos comunidad
Comunidad de oración y a la vez así comunión con Dios y por lo tanto con Jesucristo Nuestro Hermano mayor Nuestro Hombre-Dios. Que como sabemos con su Nacimiento, Vida, Pasión, Muerte y Resurrección nos ha elevado a hermanos suyos y por lo que podemos llamarnos Hijos e Hijas de Dios gracias a Él. Qué grandeza la nuestra y a la vez qué responsabilidad tan grande. Y por lo tanto: qué Alegría tan grande e inmensa la nuestra la de ser y sentirnos cristianos.
Y que sin Él no seriamos nada Él es la Vida. Él es la vid nosotros los sarmientos.
Debemos dar fruto de buenas obras Caridad Amor, en la oración nos ponemos en contacto con Dios y solo así confiando plenamente en Él, nos da su gracia su Amor su bendición su cariño para nuestros anhelos y deseos mas sublimes y a la vez porque no, cotidianos: nuestro trabajo, nuestra vida familiar, nuestra salud, nuestra vida. El sabe absolutamente todo lo que necesitamos antes aún de que se lo pidamos, pero necesita que lo deseemos con vehemencia que se lo pidamos. Con entrega a El primero y a los demás empezando por los mas necesitados de la misma forma. Con Amor.
Todo esto no es nuevo en el fondo es lo que el cristianismo ha dicho desde siempre y es que el camino es el mismo para todos. Pero Dios nos ama con un amor particular a todos y cada uno de nosotros y nosotras específicamente y particularmente El que nos ha creado nos conoce a la perfección totalmente. Y por lo tanto nos quiere para nosotros lo mejor porque nos quiere profundamente sin límites de ninguna clase. Confiemos por lo tanto totalmente en El. Y El que no ‘falla’ nunca no nos decepcionará en absoluto nos manifestará su Amor por nosotros de la manera que El sabe. Mucho mejor que nosotros mismos Esperemos y Confiemos plenamente en El.
El no nos defraudará nunca. ‘Sintonicemos’ con Él, pongámonos amorosamente y fervientemente en sus manos amorosas. Recemos, Oremos. Pidamos por lo que nosotros más queramos, si es la voluntad de El nos lo concederá seguro. No desistamos. Invoquemos a su Santo Espíritu.
Nuestra Madre del Cielo la Virgen Maria que ha hecho Ella primero todo el camino, nos conducirá seguro con prontitud a su Hijo Bien Amado Jesucristo.
Amén
Wednesday, November 22, 2006
Tuesday, November 21, 2006
Monday, November 20, 2006
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA
Prólogo
“PADRE, ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero y a tu enviado Jesucristo” (Jn 17, 3). “Dios, nuestro Salvador... quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad” (1 Tm 2, 3-4). “No hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos” (Hch 4, 12), sino el nombre de JESÚS
I LA VIDA DEL HOMBRE: CONOCER Y AMAR A DIOS
1 Dios, infinitamente Perfecto y Bienaventurado en sí mismo, en un designio de pura bondad ha creado libremente al hombre para que tenga parte en su vida bienaventurada. Por eso, en todo tiempo y en todo lugar, está cerca del hombre. Le llama y le ayuda a buscarlo, a conocerle y a amarle con todas sus fuerzas. Convoca a todos los hombres, que el pecado dispersó, a la unidad de su familia, la Iglesia. Lo hace mediante su Hijo que envió como Redentor y Salvador al llegar la plenitud de los tiempos. En El y por El, llama a los hombres a ser, en el Espíritu Santo, sus hijos de adopción, y por tanto los herederos de su vida bienaventurada.
2 Para que esta llamada resuene en toda la tierra, Cristo envió a los apóstoles que había escogido, dándoles el mandato de anunciar el Evangelio: “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28, 19-20). Fortalecidos con esta misión, los apóstoles “salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban” (Mc 16, 20).
3 Quienes con la ayuda de Dios han acogido el llamamiento de Cristo y han respondido libremente a ella, se sienten por su parte urgidos por el amor de Cristo a anunciar por todas partes en el mundo la Buena Nueva. Este tesoro recibido de los apóstoles ha sido guardado fielmente por sus sucesores. Todos los fieles de Cristo son llamados a transmitirlo de generación en generación, anunciando la fe, viviéndola en la comunión fraterna y celebrándola en la liturgia y en la oración.
Prólogo
“PADRE, ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero y a tu enviado Jesucristo” (Jn 17, 3). “Dios, nuestro Salvador... quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad” (1 Tm 2, 3-4). “No hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos” (Hch 4, 12), sino el nombre de JESÚS
I LA VIDA DEL HOMBRE: CONOCER Y AMAR A DIOS
1 Dios, infinitamente Perfecto y Bienaventurado en sí mismo, en un designio de pura bondad ha creado libremente al hombre para que tenga parte en su vida bienaventurada. Por eso, en todo tiempo y en todo lugar, está cerca del hombre. Le llama y le ayuda a buscarlo, a conocerle y a amarle con todas sus fuerzas. Convoca a todos los hombres, que el pecado dispersó, a la unidad de su familia, la Iglesia. Lo hace mediante su Hijo que envió como Redentor y Salvador al llegar la plenitud de los tiempos. En El y por El, llama a los hombres a ser, en el Espíritu Santo, sus hijos de adopción, y por tanto los herederos de su vida bienaventurada.
2 Para que esta llamada resuene en toda la tierra, Cristo envió a los apóstoles que había escogido, dándoles el mandato de anunciar el Evangelio: “Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mt 28, 19-20). Fortalecidos con esta misión, los apóstoles “salieron a predicar por todas partes, colaborando el Señor con ellos y confirmando la Palabra con las señales que la acompañaban” (Mc 16, 20).
3 Quienes con la ayuda de Dios han acogido el llamamiento de Cristo y han respondido libremente a ella, se sienten por su parte urgidos por el amor de Cristo a anunciar por todas partes en el mundo la Buena Nueva. Este tesoro recibido de los apóstoles ha sido guardado fielmente por sus sucesores. Todos los fieles de Cristo son llamados a transmitirlo de generación en generación, anunciando la fe, viviéndola en la comunión fraterna y celebrándola en la liturgia y en la oración.
Wednesday, November 15, 2006
Tuesday, November 14, 2006
No soy nada Señor
no soy nada Señor
Todo lo eres Tú
ocupa todo mi espacio
hasta mas allá del infinito
Tú sí que puedes, yo no
yo no soy nada
Todo lo eres Tú
Yo no soy nada Señor
Todo lo eres Tú
Hasta ti quiero llegar
Y Tú eres el Camino
Tú mismo eres el Camino que lleva a la felicidad
Yo no soy nada Señor, todo lo eres Tú
Feliz soy y estoy contigo con tu compañía
Tu lo eres todo para mi
Lo demás es secundario
Todo Tu eres Bondad infinita
Amor eterno
Don salvífico
Piedad infinita Caridad
Salud de mis amores
Sazón de mis sabores
Razón de mis loores
Honor de los honores
Paz piedad y corazón
Raíz de mi ser
Savia alimento de mi cuerpo
Felicidad eterna Caridad sin límites
Defensor de los cautivos
Amor de mis amores
Defensor en mis tormentos
Santidad Eterna
Dios Infinito
Señor yo no soy nada
Todo lo eres Tú
Canción eterna
Felicidad sin límites
Infinitud sublime
Amor Eterno
Bien supremo
Flor
Encuentro en la perdición
Rincón del corazón
Amor del alma
Claridad infinita
Luz Eterna
Ilusión de mi mente
Sueño claro
Tesoro oculto
Santidad de mis sueños
Divino pastor
Rendición
Paz perpetua
Amor sereno serenidad
Libro de mi mente
Horizonte de mi sien
Orto de mi vida
Ocaso de mi mal
Rendición oculta
Luz de las naciones
Nacimiento de mi ser
Paz perpetua
Bien eterno
Gobierno mío
Eclosión de Santidad
Salvación de los perdidos
Amarre de los náufragos
Puerta de los cautivos
Nave celestial
Solución de todos los problemas
yo no soy nada Señor Todo lo eres Tú
Centro de mi vida
Alma de mi ser
Bondad eterna
Suprema bondad
Bien infinito
Cielo de mis santos
Turbación de los enemigos
Fuego de mi interior
Luz de mi bien
Aroma de mi ser
Respiro de mi cansancio
Descanso de mi cuerpo
Salud de mi ser
Encuentro de mi Amor
Fin de todos los propósitos
yo no soy nada Señor Jesús Todo lo eres Tú
Amor
Humildad
no soy nada Señor
Todo lo eres Tú
ocupa todo mi espacio
hasta mas allá del infinito
Tú sí que puedes, yo no
yo no soy nada
Todo lo eres Tú
Yo no soy nada Señor
Todo lo eres Tú
Hasta ti quiero llegar
Y Tú eres el Camino
Tú mismo eres el Camino que lleva a la felicidad
Yo no soy nada Señor, todo lo eres Tú
Feliz soy y estoy contigo con tu compañía
Tu lo eres todo para mi
Lo demás es secundario
Todo Tu eres Bondad infinita
Amor eterno
Don salvífico
Piedad infinita Caridad
Salud de mis amores
Sazón de mis sabores
Razón de mis loores
Honor de los honores
Paz piedad y corazón
Raíz de mi ser
Savia alimento de mi cuerpo
Felicidad eterna Caridad sin límites
Defensor de los cautivos
Amor de mis amores
Defensor en mis tormentos
Santidad Eterna
Dios Infinito
Señor yo no soy nada
Todo lo eres Tú
Canción eterna
Felicidad sin límites
Infinitud sublime
Amor Eterno
Bien supremo
Flor
Encuentro en la perdición
Rincón del corazón
Amor del alma
Claridad infinita
Luz Eterna
Ilusión de mi mente
Sueño claro
Tesoro oculto
Santidad de mis sueños
Divino pastor
Rendición
Paz perpetua
Amor sereno serenidad
Libro de mi mente
Horizonte de mi sien
Orto de mi vida
Ocaso de mi mal
Rendición oculta
Luz de las naciones
Nacimiento de mi ser
Paz perpetua
Bien eterno
Gobierno mío
Eclosión de Santidad
Salvación de los perdidos
Amarre de los náufragos
Puerta de los cautivos
Nave celestial
Solución de todos los problemas
yo no soy nada Señor Todo lo eres Tú
Centro de mi vida
Alma de mi ser
Bondad eterna
Suprema bondad
Bien infinito
Cielo de mis santos
Turbación de los enemigos
Fuego de mi interior
Luz de mi bien
Aroma de mi ser
Respiro de mi cansancio
Descanso de mi cuerpo
Salud de mi ser
Encuentro de mi Amor
Fin de todos los propósitos
yo no soy nada Señor Jesús Todo lo eres Tú
Amor
Humildad
Miércoles 15 de Noviembre
Presencia de Dios
Lo que está presente en mí, es lo que influye en mi accionar.Medito sobre la constante Presencia de Dios, con su gran Amor hacia mí, en medio de tantas otras presencias que me alejan de El. Hago una pausa y rezo para que yo permita a Dios que guíe mis decisiones ...en este preciso momento ...
Libertad
Si Dios estuviera tratando de decirme algo, lo notaría?Si Dios me aconsejara o me desafiara, me daría cuenta?Pido la gracia de librarme de mis preocupaciones,y estar atento a escuchar lo que Dios me diga...
Toma de conciencia
Pensamientos sobre el pasaje de hoy
¿Cuánto dura la gratitud? Estos leprosos eran respetuosos, incluso obsequiosos, mientras estaban enfermos: "Jesús, maestro, ten compasión de nosotros". En medio de su miseria habían unido fuerzas, olvidando la antigua hostilidad entre judíos y samaritanos. Pero cuando se vieron sanados, nueve de los diez dieron por sentado el hecho de ser sanados, sin siquiera dar las gracias.
Señor, a lo largo de mi vida he recibido muchos favores; hubo personas a quien agradecí sus favores con floridas palabras, diciendo que nunca las olvidaría. Pero mi gratitud se enfrió.
Permíteme contar y atesorar tus bendiciones, nunca darlas por sentado.
Diálogo
Presencia de Dios
Lo que está presente en mí, es lo que influye en mi accionar.Medito sobre la constante Presencia de Dios, con su gran Amor hacia mí, en medio de tantas otras presencias que me alejan de El. Hago una pausa y rezo para que yo permita a Dios que guíe mis decisiones ...en este preciso momento ...
Libertad
Si Dios estuviera tratando de decirme algo, lo notaría?Si Dios me aconsejara o me desafiara, me daría cuenta?Pido la gracia de librarme de mis preocupaciones,y estar atento a escuchar lo que Dios me diga...
Toma de conciencia
Cómo me encuentro hoy?Cómo estoy con Dios?Tengo algo que agradecer? Doy las gracias ...Hay algo que lamento? Pido perdón ...
La palabraDios nos habla a cada uno, separadamente. Necesito estar atentopara escuchar lo que me quiere decir. Leo el texto varias veces...luego escucho.
La palabraDios nos habla a cada uno, separadamente. Necesito estar atentopara escuchar lo que me quiere decir. Leo el texto varias veces...luego escucho.
Lucas 17:11-19
De camino a Jerusalén, Jesús pasaba por los confines entre Samaría y Galilea, y al entrar en un pueblo, le salieron al encuentro diez leprosos. Se detuvieron a cierta distancia y gritaban: «Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros». Jesús les dijo: «Vayan y preséntense a los sacerdotes». Mientras hablaba, iban quedaron sanos. Uno de ellos, al verse sano, volvió de inmediato alabando a Dios en alta voz, y se echó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole las gracias. Era un samaritano. Jesús entonces preguntó: «¿No han sido sanados los diez? ¿Dónde están los otros nueve? ¿Así que ninguno volvió a glorificar a Dios fuera de este extranjero?» Y Jesús le dijo: «Levántate y vete; tu fe te ha salvado».
¿Qué me estás diciendo, Señor?
De camino a Jerusalén, Jesús pasaba por los confines entre Samaría y Galilea, y al entrar en un pueblo, le salieron al encuentro diez leprosos. Se detuvieron a cierta distancia y gritaban: «Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros». Jesús les dijo: «Vayan y preséntense a los sacerdotes». Mientras hablaba, iban quedaron sanos. Uno de ellos, al verse sano, volvió de inmediato alabando a Dios en alta voz, y se echó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole las gracias. Era un samaritano. Jesús entonces preguntó: «¿No han sido sanados los diez? ¿Dónde están los otros nueve? ¿Así que ninguno volvió a glorificar a Dios fuera de este extranjero?» Y Jesús le dijo: «Levántate y vete; tu fe te ha salvado».
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Pensamientos sobre el pasaje de hoy
¿Cuánto dura la gratitud? Estos leprosos eran respetuosos, incluso obsequiosos, mientras estaban enfermos: "Jesús, maestro, ten compasión de nosotros". En medio de su miseria habían unido fuerzas, olvidando la antigua hostilidad entre judíos y samaritanos. Pero cuando se vieron sanados, nueve de los diez dieron por sentado el hecho de ser sanados, sin siquiera dar las gracias.
Señor, a lo largo de mi vida he recibido muchos favores; hubo personas a quien agradecí sus favores con floridas palabras, diciendo que nunca las olvidaría. Pero mi gratitud se enfrió.
Permíteme contar y atesorar tus bendiciones, nunca darlas por sentado.
Diálogo
Qué sucede en mí, mientras rezo?Siento consuelo, preocupación, indiferencia?Imagino a Jesús mismo sentado o de pie, a mi lado,Y comparto estos sentimientos con El
Conclusión
Conclusión
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.Como era en un principio, ahora y siemprepor los siglos de los siglos. Amen.
Monday, November 13, 2006
Sunday, November 12, 2006
palabra de vida
«Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados» (Mt 5, 6)
Noviembre de 2006
En el lenguaje corriente la palabra “justicia” evoca el respeto de los derechos humanos, la exigencia de igualdad, la justa distribución de los recursos humanos, los organismos encargados de hacer respetar las leyes.¿Es ésa la justicia de la que habla Jesús en el Sermón de la Montaña, de donde hemos tomado esta bienaventuranza? Sí, también, pero ésta viene como efecto de una justicia más amplia, que incluye la armonía de las relaciones, la concordia, la paz.La sed y el hambre recuerdan las necesidades primarias de cualquier individuo, símbolo de un anhelo profundo del corazón humano nunca plenamente satisfecho.
Según el Evangelio de Lucas, Jesús habría dicho simplemente: “Felices los que tienen hambre”(1). Mateo explica que el hambre del ser humano es hambre de Dios, el único que puede saciarlo plenamente, como había comprendido muy bien San Agustín que, al comienzo de las Confesiones, escribe la famosa frase: “Nos has hecho para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que no descanse en ti”(2). El mismo Jesús ha dicho: “El que tenga sed, venga a mí y beba”(3). El, a su vez, se ha alimentado de la voluntad de Dios(4).
«Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados»
Justicia, en el sentido bíblico, significa entonces vivir conforme al proyecto de Dios sobre la humanidad, a la que ha pensado y querido como una familia unida en el amor.El deseo y la búsqueda de justicia han estado inscriptos desde siempre en la conciencia del hombre, Dios mismo se los ha puesto en el corazón. Sin embargo, pese a las conquistas y los avances logrados a lo largo de la historia, qué lejos está todavía la realización del proyecto de Dios. Las guerras que también hoy están en curso, lo mismo que el terrorismo y los conflictos étnicos, son signos de las desigualdades sociales y económicas, de las injusticias, de los odios.Los obstáculos para la armonía humana no son sólo de orden jurídico, es decir, por la falta de leyes que regulen la convivencia; dependen de actitudes más profundas, morales, espirituales, del valor que damos a la persona humana, de cómo consideramos al otro.También, en el plano económico, el creciente subdesarrollo y la distancia entre ricos y pobres, con la inicua distribución de los bienes, no se deben sólo a ciertos sistemas productivos, sino también y sobre todo a opciones culturales y políticas: son una cuestión humana.Cuando Jesús invita a dar también el manto a quien pide la túnica, o a hacer dos kilómetros con quien pide hacer uno (5), indica un “algo más”, una “justicia más grande”, que supera la de la práctica legal, una justicia que es expresión del amor.
«Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados»
Sin amor, respeto por la persona, atención a sus exigencias, las relaciones personales pueden ser correctas, pero pueden también volverse burocráticas, incapaces de dar respuestas que satisfagan las exigencias humanas. Sin amor nunca habrá verdadera justicia, coparticipación de bienes entre ricos y pobres, atención a la singularidad de cada hombre y mujer y a la situación concreta en que cada uno se encuentra. Los bienes no caminan por sí solos: son los corazones los que tiene que moverse y hacer mover a los bienes.
«Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados»
¿Cómo vivir esta Palabra de Vida?Viendo al prójimo tal como es en realidad: no sólo un ser humano con sus derechos y su fundamental igualdad con todos, sino como la imagen viva de Jesús.Amarlo, aunque sea enemigo, con el mismo amor con el cual lo ama el Padre, y estar dispuestos al sacrificio por él, incluso al supremo: “Dar la vida por los propios hermanos”(6). Viviendo con él en la reciprocidad de la entrega, compartiendo bienes espirituales y materiales, hasta llegar a ser todos una sola familia.Entonces sí, nuestro anhelo de un mundo fraterno y justo, tal como Dios lo ha imaginado, se hará realidad. Él mismo vendrá a vivir en medio de nosotros y nos saciará con su presencia.
Así es como un trabajador cuenta: “La empresa donde trabajo se unió, hace poco, con otra del mismo sector. Después de esta fusión, me pidieron que repasara la lista de los empleados, porque en la nueva distribución había que cesantear a tres. A mí no sólo me pareció que no había motivo para esa decisión, sino que además era repentina, tomada sin ninguna consideración por las consecuencias de tipo humano que habría tenido sobre los interesados y sus familias. ¿Qué hacer? Recordé entonces la Palabra de Vida. El único modo era hacer como Jesús: amar yo primero. Entonces presenté mi renuncia y les dije que no firmaría las tres cesantías.
No aceptaron mi renuncia y, en cambio, me preguntaron cómo pensaba insertar a los empleados en la nueva organización. Yo ya tenía preparado el nuevo plan del personal, para agilizar y hacer más útil la inserción de todos en los distintos sectores. Lo aceptaron, y todos seguimos trabajando.”
Chiara Lubich
1) Cf Lc 6, 21;
2) Libro I, 1,1;
3) Jn 7, 37;
4) Cf Jn 4, 34;
5) Cf Mt 5, 40-41;
6) Cf Juan Pablo II, Sollecitudo rei sociales, n. 40.
«Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados» (Mt 5, 6)
Noviembre de 2006
En el lenguaje corriente la palabra “justicia” evoca el respeto de los derechos humanos, la exigencia de igualdad, la justa distribución de los recursos humanos, los organismos encargados de hacer respetar las leyes.¿Es ésa la justicia de la que habla Jesús en el Sermón de la Montaña, de donde hemos tomado esta bienaventuranza? Sí, también, pero ésta viene como efecto de una justicia más amplia, que incluye la armonía de las relaciones, la concordia, la paz.La sed y el hambre recuerdan las necesidades primarias de cualquier individuo, símbolo de un anhelo profundo del corazón humano nunca plenamente satisfecho.
Según el Evangelio de Lucas, Jesús habría dicho simplemente: “Felices los que tienen hambre”(1). Mateo explica que el hambre del ser humano es hambre de Dios, el único que puede saciarlo plenamente, como había comprendido muy bien San Agustín que, al comienzo de las Confesiones, escribe la famosa frase: “Nos has hecho para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que no descanse en ti”(2). El mismo Jesús ha dicho: “El que tenga sed, venga a mí y beba”(3). El, a su vez, se ha alimentado de la voluntad de Dios(4).
«Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados»
Justicia, en el sentido bíblico, significa entonces vivir conforme al proyecto de Dios sobre la humanidad, a la que ha pensado y querido como una familia unida en el amor.El deseo y la búsqueda de justicia han estado inscriptos desde siempre en la conciencia del hombre, Dios mismo se los ha puesto en el corazón. Sin embargo, pese a las conquistas y los avances logrados a lo largo de la historia, qué lejos está todavía la realización del proyecto de Dios. Las guerras que también hoy están en curso, lo mismo que el terrorismo y los conflictos étnicos, son signos de las desigualdades sociales y económicas, de las injusticias, de los odios.Los obstáculos para la armonía humana no son sólo de orden jurídico, es decir, por la falta de leyes que regulen la convivencia; dependen de actitudes más profundas, morales, espirituales, del valor que damos a la persona humana, de cómo consideramos al otro.También, en el plano económico, el creciente subdesarrollo y la distancia entre ricos y pobres, con la inicua distribución de los bienes, no se deben sólo a ciertos sistemas productivos, sino también y sobre todo a opciones culturales y políticas: son una cuestión humana.Cuando Jesús invita a dar también el manto a quien pide la túnica, o a hacer dos kilómetros con quien pide hacer uno (5), indica un “algo más”, una “justicia más grande”, que supera la de la práctica legal, una justicia que es expresión del amor.
«Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados»
Sin amor, respeto por la persona, atención a sus exigencias, las relaciones personales pueden ser correctas, pero pueden también volverse burocráticas, incapaces de dar respuestas que satisfagan las exigencias humanas. Sin amor nunca habrá verdadera justicia, coparticipación de bienes entre ricos y pobres, atención a la singularidad de cada hombre y mujer y a la situación concreta en que cada uno se encuentra. Los bienes no caminan por sí solos: son los corazones los que tiene que moverse y hacer mover a los bienes.
«Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados»
¿Cómo vivir esta Palabra de Vida?Viendo al prójimo tal como es en realidad: no sólo un ser humano con sus derechos y su fundamental igualdad con todos, sino como la imagen viva de Jesús.Amarlo, aunque sea enemigo, con el mismo amor con el cual lo ama el Padre, y estar dispuestos al sacrificio por él, incluso al supremo: “Dar la vida por los propios hermanos”(6). Viviendo con él en la reciprocidad de la entrega, compartiendo bienes espirituales y materiales, hasta llegar a ser todos una sola familia.Entonces sí, nuestro anhelo de un mundo fraterno y justo, tal como Dios lo ha imaginado, se hará realidad. Él mismo vendrá a vivir en medio de nosotros y nos saciará con su presencia.
Así es como un trabajador cuenta: “La empresa donde trabajo se unió, hace poco, con otra del mismo sector. Después de esta fusión, me pidieron que repasara la lista de los empleados, porque en la nueva distribución había que cesantear a tres. A mí no sólo me pareció que no había motivo para esa decisión, sino que además era repentina, tomada sin ninguna consideración por las consecuencias de tipo humano que habría tenido sobre los interesados y sus familias. ¿Qué hacer? Recordé entonces la Palabra de Vida. El único modo era hacer como Jesús: amar yo primero. Entonces presenté mi renuncia y les dije que no firmaría las tres cesantías.
No aceptaron mi renuncia y, en cambio, me preguntaron cómo pensaba insertar a los empleados en la nueva organización. Yo ya tenía preparado el nuevo plan del personal, para agilizar y hacer más útil la inserción de todos en los distintos sectores. Lo aceptaron, y todos seguimos trabajando.”
Chiara Lubich
1) Cf Lc 6, 21;
2) Libro I, 1,1;
3) Jn 7, 37;
4) Cf Jn 4, 34;
5) Cf Mt 5, 40-41;
6) Cf Juan Pablo II, Sollecitudo rei sociales, n. 40.
Friday, November 10, 2006
Evangelio según San Juan
Una boda en Caná de Galilea 2
1 Al tercer día hubo una bodaa en Caná, un pueblo de Galilea. La madre de Jesúsb estaba allí, 2 y Jesús y sus discípulos también habían sido invitados a la boda. 3 En esto se acabó el vino, y la madre de Jesús le dijo:
–Ya no tienen vino.
4 Jesús le contestó:
–Mujer,c ¿por qué me lo dices a mí? Mi horad aún no ha llegado.
5 Dijo ella a los que estaban sirviendo:
–Haced lo que él os diga.e
6 Había allí seis tinajas de piedra, para el agua que usan los judíos en sus ceremonias de purificación.f En cada tinaja cabían entre cincuenta y setenta litros.g 7 Jesús dijo a los sirvientes:
–Llenad de agua estas tinajas.
Las llenaron hasta arriba, 8 y les dijo:
–Ahora sacad un poco y llevádselo al encargado de la fiesta.
Así lo hicieron, 9 y el encargado de la fiesta probó el agua convertida en vino, sin saber de dónde había salido. Solo lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua. Así que el encargado llamó al novio 10 y le dijo:
–Todo el mundo sirve primero el mejor vino, y cuando los invitados ya han bebido bastante, sirve el vino corriente. Pero tú has guardado el mejor hasta ahora.h
11 Esta fue la primera señal milagrosai que hizo Jesús en Caná de Galilea. Con ella mostró su gloria, y sus discípulos creyeron en él.
12 Después de esto se fue a Cafarnaúnj en compañía de su madre, sus hermanosk y sus discípulos. Allí se quedaron algunos días.
Una boda en Caná de Galilea 2
1 Al tercer día hubo una bodaa en Caná, un pueblo de Galilea. La madre de Jesúsb estaba allí, 2 y Jesús y sus discípulos también habían sido invitados a la boda. 3 En esto se acabó el vino, y la madre de Jesús le dijo:
–Ya no tienen vino.
4 Jesús le contestó:
–Mujer,c ¿por qué me lo dices a mí? Mi horad aún no ha llegado.
5 Dijo ella a los que estaban sirviendo:
–Haced lo que él os diga.e
6 Había allí seis tinajas de piedra, para el agua que usan los judíos en sus ceremonias de purificación.f En cada tinaja cabían entre cincuenta y setenta litros.g 7 Jesús dijo a los sirvientes:
–Llenad de agua estas tinajas.
Las llenaron hasta arriba, 8 y les dijo:
–Ahora sacad un poco y llevádselo al encargado de la fiesta.
Así lo hicieron, 9 y el encargado de la fiesta probó el agua convertida en vino, sin saber de dónde había salido. Solo lo sabían los sirvientes que habían sacado el agua. Así que el encargado llamó al novio 10 y le dijo:
–Todo el mundo sirve primero el mejor vino, y cuando los invitados ya han bebido bastante, sirve el vino corriente. Pero tú has guardado el mejor hasta ahora.h
11 Esta fue la primera señal milagrosai que hizo Jesús en Caná de Galilea. Con ella mostró su gloria, y sus discípulos creyeron en él.
12 Después de esto se fue a Cafarnaúnj en compañía de su madre, sus hermanosk y sus discípulos. Allí se quedaron algunos días.
Saturday, November 04, 2006
Leer el comentario del Evangelio por : Santo Tomás de Aquino (1225-1274), teólogo dominico, doctor de la Iglesia
«El que quiera ser el más grande de entre vosotros será vuestro servidor»
La pasión de Cristo nos da un modelo válido para toda nuestra vida. Si buscas un ejemplo de caridad: «Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos» (Jn 15,13). Si buscas la paciencia, es sobre la Cruz que la encontrarás al máximo. Cristo ha soportado enormes sufrimientos en la cruz, y con gran paciencia, puesto que «cuando lo insultaban, no devolvía el insulto» (1P 2,23), «como una oveja llevada al matadero, ni tan sólo abría la boca» (Is 53,7). «Renunciando al gozo inmediato, soportó la cruz, sin miedo a la ignominia»(Heb 12,2).
Si buscas un ejemplo de humildad, mira al crucificado. Porque Dios ha querido ser juzgado bajo Poncio Pilato y morir. Si buscas un ejemplo de obediencia, no tienes más que seguir a aquel que se ha hecho obediente al Padre «hasta la muerte» (Flp 2,8). Si buscas un ejemplo de menosprecio de los bienes terrestres, no tienes que hacer otra cosa que seguir al que es el «Rey de reyes y Señor de lo señores, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento» (Col 2,3); mudo está sobre la cruz, hecho la burla de todos, cubierto de escupitazos, golpeado, coronado de espinas, y por fin, dándole a beber hiel y vinagre.
«El que quiera ser el más grande de entre vosotros será vuestro servidor»
La pasión de Cristo nos da un modelo válido para toda nuestra vida. Si buscas un ejemplo de caridad: «Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos» (Jn 15,13). Si buscas la paciencia, es sobre la Cruz que la encontrarás al máximo. Cristo ha soportado enormes sufrimientos en la cruz, y con gran paciencia, puesto que «cuando lo insultaban, no devolvía el insulto» (1P 2,23), «como una oveja llevada al matadero, ni tan sólo abría la boca» (Is 53,7). «Renunciando al gozo inmediato, soportó la cruz, sin miedo a la ignominia»(Heb 12,2).
Si buscas un ejemplo de humildad, mira al crucificado. Porque Dios ha querido ser juzgado bajo Poncio Pilato y morir. Si buscas un ejemplo de obediencia, no tienes más que seguir a aquel que se ha hecho obediente al Padre «hasta la muerte» (Flp 2,8). Si buscas un ejemplo de menosprecio de los bienes terrestres, no tienes que hacer otra cosa que seguir al que es el «Rey de reyes y Señor de lo señores, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento» (Col 2,3); mudo está sobre la cruz, hecho la burla de todos, cubierto de escupitazos, golpeado, coronado de espinas, y por fin, dándole a beber hiel y vinagre.